Cuando nosotros empleamos lo que se conoce como “ adecuación ” del código, significa que estamos tratando de modificar nuestro propio sistema de códigos para que otra persona ( nuestro interlocutor ) pueda comprender el mensaje que nosotros queremos decirle o comunicarle. Esto se emplea debido a que todas las personas no poseen el mismo lenguaje ni código, sino que este varía según muchas características ya sea el género, condición social, países, regiones, momentos del día, situaciones, contexto, etc. Para poder hacernos entender cabalmente con otra persona, nosotros debemos estar seguros que ambos, emisor y receptor, posean el mismo código. No sería factible, por ejemplo, que intentemos hablarle con nuestra lengua materna a un japonés que no conoce nada del castellano. No nos entendería debido a que el maneja un tipo de código distinto al nuestro. Como dije anteriormente, el principal objetivo de la adecuación del código es que podamos entendernos con nuestro interlocutor en un proceso de comunicación. Sin embargo, no solo se adecua el código en lo referido a la lengua, hay además otras muchas formas de hacerlo. Un ejemplo común es el caso de los niños y los adultos. Si queremos dirigirnos a los niños, no lo podemos hacer en un lenguaje estilizado ni científico ya que quizá no comprenderían lo que tratamos de decir. Asimismo, cuando nos comunicamos con adultos, no podemos emplear los mismo términos que cuando dialogamos con niños, sencillamente tampoco nos entenderían o mas bien resultaría una falta de respeto. Los niños poseen ciertos códigos propios de ellos : vocabulario efímero, uso de diminutivos, tono de voz, gestos, repetición de palabras, etc. Es como si intentáramos leer un cuento infantil a una persona de 40 años. No se puede. Cuando estamos con un adulto tendríamos que convertir el mensaje en un código más adecuado sustituyendo palabras, cambiando por sinónimos, parafrasear, usar un lenguaje más académico.
También adecuamos el código de acuerdo al contexto. Por ejemplo, no vamos a hablar de la misma forma en una “ pichanga ” que en una entrevista de trabajo. Ni tampoco con nuestra familia que con nuestros amigos del barrio. Para cada situación existe un código específico que debemos respetar a fin de que seamos comprendidos a cabalidad. Por otro lado, está el código que se refiere a diferentes países y/o regiones. Debemos aprender y usar un código distinto al nuestro cuando nos encontremos fuera de nuestro país o región ya que sino podría haber malos entendidos. Lo que significa en un lado una cosa, puede en otro lado significar totalmente lo opuesto. La palabra ‘papaya’ que en el Perú se usa para denominar a una fruta, en Cuba se utiliza para referirse exclusivamente a los genitales femeninos. Si vamos a Cuba y queremos comprar una ‘papaya’ tendríamos que preguntar por la ‘ fruta bomba ’. En Chile es frecuente usar la palabra ‘cabro’ para referirse a los niños o chicos en general. Bien sabemos que en nuestro país la palabra ‘cabro’ tiene una connotación peyorativa y se alude a las personas homosexuales. Existen muchas casos parecidos en todo el mundo.
Entonces, entendiendo todo lo expuesto anteriormente, debemos adecuarnos a un código distinto al nuestro cada vez que nos encontremos en situaciones particulares y/o diferentes a fin de poder ser entendido nuestro mensaje.
jueves, 11 de octubre de 2007
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