Son apenas trece los que nos representan hoy. Mientras los vi pasar y saludar, me embargó una emoción enorme pero a la vez una impotencia tremenda. ¿Acaso de un país de más de 28 millones de hombres sólo tengamos a trece calificados? Basta ver delegaciones de otros países y compararnos para ver qué bajo estamos. Y no digo compararnos a lo grande como con la innumerable fila de estadounidenes o australianos, sino con países vecinos como Colombia, Ecuador o Chile, todos ellos con una política enrumbarda al apoyo del deporte desde abajo.
No sé si ganaremos algo, simplemente espero que den lo mejor de sí. Como leí en un periódico hace no mucho, lo mínimo será superar sus propias marcas, las marcas que les permitieron llegar a las Olimpiadas. Ojala que la suerte y la gloria los acompañen.
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