Este es, sin lugar a dudas, el peor año del suizo Roger Federer en el circuito de la ATP. No había perdido 10 partidos en una misma temporada desde el año 2002 y el panorama que se le avecina luce incierto para el pupilo de José Higueras. Parece ser que el shock de haber perdido Wimbledon a manos de su más encarnizado rival 'Rafa' Nadal le sigue pasando la 'factura', tanto en lo psicológico y, lo que es más preocupante, esta vez también en lo tenístico.
Lo que ofreció Federer fue pobre. Aunque en un inicio empezó demoledor, con tiros potentes y voleas espectáculares, pronto se dejó caer en lagunas que, a la larga, terminaron por matarlo. El 6-2 del primer set hacía suponer que la mesa estaba 'servida', pero Simon tenía otros planes. El reciente campeón de Indianapolis mejoró en su juego y presionó al suizo, hasta tenerlo sobre las cuerdas. Fue así que logró emparejar y quedarse con un ajustado 7-5 en el segundo set. En el tercero las cosas siguieron igual de parejas. Simon, envalentonado, iba constantemente en busca de la victoria ante un Federer que, a mi modo de ver, no se pudo encontrar más con su juego y terminó perdiendo el tercer set por 6-4.
Si el 'Rafa' Nadal campeona en Toronto, se pondrá a sólo 275 puntos del actual número uno mundial. Y si se topa con Federer la próxima semana en Cincinati, estará a sólo 5. Las cosas se ponen color de hormiga. Nadal es hoy por hoy el mejor del mundo. Habrá que ver si Roger Federer saca su estirpe de campeón y se sobrepone de este mal momento. Bien dicen que a los 'grandes' no los hace su tenis, sino su 'cabeza', es decir, su temperamento.
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